Vivimos en tiempos en los cuales la demanda de productos orgánicos viene creciendo año tras año. Una mayor conciencia ambiental se viene desarrollando y el mundo del vino no queda exento de esta búsqueda de lo amigable con el medio ambiente. Te presentamos una nota acerca de los vinos ecológicos.
Vinos ecológicos: descubre las particularidades de este novedoso producto
Si hay algo que caracteriza al consumidor del siglo XXI es la cada vez mayor valorización que existe acerca de lo denominado bajo el nombre de orgánico o ecológico.
El histórico y sistemático daño que se ha ocasionado a la naturaleza, ha despertado una suerte de concientización que trae aparejada una tendencia hacia el consumo de productos que conlleven el menor impacto ambiental posible. Por tanto se han puesto en boga en los últimos tiempos los productos orgánicos.
La industria del vino no ha quedado por fuera de esta tendencia, por el contrario, cada vez es mayor la demanda de los llamados vinos ecológicos o biodinámicos.
¿Qué características debe tener un vino para poder denominarlo orgánico o ecológico?
La respuesta a esta pregunta estriba en las características del proceso de producción del mismo y nos referimos a ciertas pautas que van desde el momento del cultivo de la uva hasta el embotellamiento inclusive. Para que un vino sea considerado ecológico, su proceso debe cumplir con ciertos requisitos.
Las características de un cultivo ecológico de la vid, implican el no uso de fungicidas de síntesis química sustituyéndose los mismos por productos a base de cobre y azufre (los cuales son originarios de la tierra) Implica además el uso de fertilizantes naturales como lo son el compost de estiércol animal y los residuos vegetales. Un tercer requisito radica en el no uso de herbicidas siendo sustituidos por una acción de cultivo manual.
Este cultivo de las uvas bajo condiciones ecológicas, logran como resultado un producto totalmente natural, pero de color, aroma y sabor muy similares a los vinos convencionales.
El conjunto de características que acabamos de enumerar es propio de la agricultura ecológica, la cual es el nombre de la denominación genérica con que se cataloga a los vinos ecológicos. Esta información la encontraremos siempre en la etiqueta de los mismos.
Las pautas para poder denominar a un vino como ecológico o biodinámico no solo guardan relación con la agricultura sino también (como te adelantábamos en el post), con las etapas de conservación y de embotellado.
El vino ecológico no admite ciertos tratamientos como el uso de antisépticos y antioxidantes que no provengan directamente del producto natural.
Algunas conclusiones
Debemos de admitir que la elaboración de este tipo de vinos presenta sus dificultades, dado que en el caso de una vendimia complicada, ya sea por factores de plaga o climatológicos, las correcciones no pueden llevarse adelante a posteriori.
Estas dificultades del proceso se traducen muchas veces en el precio del producto final. La meticulosidad de los procesos y los altos estándares a los que se somete este tipo de producción traen como consecuencia lógica un encarecimiento.
Algo que destaca en este tipo de vinos y que aún la ciencia intenta encontrar la explicación, es la desaparición de rastros de azúcares en el vino. A diferencia de lo que sucede con los vinos convencionales, en donde hallamos residuos de azúcar, en el proceso orgánico, las levaduras naturales transforman todo el azúcar en alcohol.
Lo cierto es que este tipo de vinos gozan de una cada vez mayor popularidad e implican un desafío a la industria del vino ante un consumidor cada vez más comprometido con el concepto de lo orgánico.
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