El vino es un producto noble y milenario, que ha acompañado a la historia de la humanidad. Una bebida que se obtiene del fruto del vid, la uva, luego de la fermentación alcohólica de su mosto.
El vino, un producto milenario
Según testimonios arqueológicos, el vino se produjo por primera vez en la era neolítica, en la zona que hoy ocupan Irak e Irán, gracias a la aparición de la cerámica. La evidencia más antigua que se conoce gracias a una vajilla de cerámica con un residuo rojizo data del año 5.400 a.c.
En cambio, la bodega más antigua que se conoce hasta el momento data del año 6.000 a.c. y se sitúa en Armenia.
Con los años el consumo del vino se ha expandido hacia el sudeste, llegando a Grecia, y hacia el sur, llegando a Egipto. El vino se arraigo con tanta fuerza en estas regiones que incluso se adoraban a los dioses Dioniso o Baco. También en la Biblia se encuentran en varios pasajes alusiones a este bebida.
Más adelante en la historia, el vino llega a Francia, Italia y España, quienes son desde el medioevo grandes productores de vino, y quienes comenzar a trabajar en la producción de vinos de diversas cepas y calidad.
Gracias también a enólogos y vitivinicultores que emigraron hacia otros continentes, el vino llega a América, Estados Unidos, Oceanía y África. En América del Sur los países que se destacan en la producción de vinos son Argentina, Chile y Uruguay.
Este último ha tenido un fuerte crecimiento en los últimos años, desarrollando vinos de calidad mundial y variedades distintas que van desde su cepa emblemática el Tannat, hasta variedades blancas como el Albariño.
En Uruguay, los invitamos a conocer Bodega Garzón, un lugar que ha transformado la vitivinicultura del Uruguay con más de 220 hectáreas de viñedos donde se cosechan más de 12 variedades, y distintas lineas como la Single Vineyard, Reserva y Estate.