El momento de disfrutar un vino implica para los amantes de esta bebida una suerte de ritual y la instancia del descorche es de suma importancia. Hace su aparición entonces el sacacorchos, una herramienta que resulta imprescindible. En esta oportunidad te contaremos la breve historia de este utensilio y los diferentes tipos de sacacorchos que podemos encontrar en el mercado.
Conocé los distintos tipos de sacacorchos para destapar un vino
Seguramente todos tenemos un sacacorchos en casa y si eres un “winelover’’ probablemente cuentes con más de un tipo de sacacorchos. Estamos tan familiarizados con este utensilio que pocas veces reparamos en él. Este post está dedicado a esta fundamental herramienta sin la cual sería imposible poder disfrutar de una copa de buen vino.
Las primeras referencias históricas del sacacorchos datan del siglo XVII. En el Tratado de la Sidra de 1676 figura la descripción de esta herramienta, definida como un tornillo clavado en los tapones de las botellas.
Sin embargo es recién sobre fines del siglo XVIII que se registra la primera patente del sacacorchos. Registrado en Gran Bretaña por Samuel Hensall, el dispositivo consistía en un tornillo unido de forma perpendicular a un mango de madera, diseño que no dista mucho del clásico sacacorchos de hoy en día, el sacacorchos de T, cuyo nombre remite a su forma.
Con el correr de los años, los dispositivos para el descorche han ido evolucionando y al día de hoy existe un variado número de tipos de sacacorchos, cada uno con sus particularidades, las cuales te presentaremos a continuación. El sacacorchos puede variar en cuanto a su material de construcción, ya sea de plástico, metal o madera. sin embargo el espiral que extrae el corcho debe ser de acero.
Sacacorchos de palanca
Este tipo de sacacorchos surge a fines del siglo XIX, inventado por el alemán Carl Wienke, es al día de hoy el más utilizado. Dado su extendido uso en los establecimientos gastronómicos es también conocido como el sacacorchos “de camarero”.
Existen versiones para acoplar a la mesa o la pared. Su mecanismo como adelanta su nombre consiste en un apalanca que ejerce la presión para que el corcho salga en forma vertical, minimizando posibles alteraciones de la bebida. La ventaja que presenta es que es de fácil utilización, tal vez esa sea la explicación de su uso tan extendido.
Sacacorchos de alas
La licencia de invención de este tipo de sacacorchos pertenece a Domimick Rosati, quién lo patentó en el año 1930. Es con seguridad el sacacorchos más habitual en el ámbito doméstico.
La ventaja que presenta es que para utilizarlo no es necesaria una especial habilidad ni fuerza, ya que nos presenta un punto de apoyo en la cápsula que rodea el cuello de la botella. Tal vez la dificultad o contra que presenta tiene que ver con su aparatosidad, ya que no es de un tamaño muy cómodo.
Sacacorchos de rosca
Es un sacacorchos recomendable para principiantes. Lo cierto es que el mecanismo es bastante sencillo: una caperuza que se introduce en el cuello de la botella y una manivela superior giratoria. Lo único que debemos hacer es girar esta pieza superior hasta que el corcho salga.
Asegura una extracción segura y limpia, aunque el riesgo que se corre es la posibilidad de que el corcho se pueda desmigar. Al igual que sucede con el sacacorchos de alas, el de rosca es de un tamaño considerable, por lo cual es utilizado más que nada en el ámbito doméstico.
Sacacorchos de láminas
Este tipo de sacacorchos es seguramente el de mecanismo más complejo y el que requiere una mayor habilidad para su óptimo uso. Consiste en la introducción de las láminas entre el cuello de la botella y el corcho, lo cual permite la extracción sin dañar al corcho, el cual queda intacto.
Es importante destacar que para que funcione hace falta buena práctica ya que su mal uso puede tener como consecuencia que el corcho se introduzca en la botella alterando las propiedades de la bebida. Es un sacacorchos ideal para los vinos de guarda o de reserva. Se emplea su uso también para aquellos vinos antiguos cuyo corcho puede estar deteriorado.
Sacacorchos eléctrico
En tiempos de avances tecnológicos y de procesos de automatización, el sacacorchos no ha quedado fuera de esta tendencia. El sacacorchos eléctrico es por muchos considerado una “herejía’’ dado que no implica mayor esfuerzo que colocar la botella en el lugar indicado y simplemente esperar que una máquina haga la extracción.
La ventaja que presenta radica justamente en el mínimo esfuerzo que requiere, ideal para personas que no pueden hacer fuerza. Son piezas que combinan diseño y practicidad y su uso poco a poco va extendiéndose, más que nada como un signo de status.
Podemos concluir que ese utensilio que siempre estuvo allí en nuestros hogares y en el que no todos ponemos atención, forma parte de un mundo único, una herramienta que ha evolucionado con el tiempo y que conforma una pieza que incluso es coleccionada por muchos amantes del mundo del vino. Sea cual sea el tipo de sacacorchos por el que optes, finalmente lo importante radica en el poder descorchar la botella para disfrutar de esta bebida tan cautivante.
Tal vez pueda ser de tu interés conocer la importancia que tiene el corcho en el mundo del vino.
