El vino se sirvió por primera vez durante el neolítico. Una vasija evidencia y sitúa a la producción y consumo de vino en el año 5400 a. C. Desde aquellos tiempos, como todas las industrias, se ha perfeccionado tanto en el desarrollo de la tecnología aplicada, como en los conocimientos adquiridos por el hombre, devenidos en los quehaceres de las profesiones actuales del mundo del vino. Veamos a continuación un repaso por el pasado y presente de los actores que hacen al vino.
Sin ir hasta los orígenes del vino, simplemente hablando con algún amigo cuya historia familiar esté vinculada al mundo del vino, seguramente podamos encontrarnos con algunos relatos cargados de nostalgia sobre los trabajos en la viña. Estos describen como el viticultor de aquellas épocas, provisto por un sombrero de paja, ropa y zapatos viejos, accionaba la sulfatadora que portaba en la espalda. También recuerdan como se estrujaban los racimos en cuévanos que se iban a verter en un gran tonel bien colocado sobre un carro para ser trasladado hasta la prensa.
Ese mecanismo, movido por un engranaje de ruedas dentadas y puesto en movimiento por una manivela accionada por un obrero, comenzaba de un modo sencillo el proceso de elaboración del vino.
Hoy este proceso ha sido perfeccionado a consecuencia de las distintas profesiones que, en el mundo del vino, se encargan de maximizar cada una de las etapas que constituyen el proceso de su elaboración. El primer especialista en la búsqueda de la perfección que propone la ciencia es el Ampelólogo, que es quien estudia la biología de la vid. Luego, el Viticultor, que lejos de aquel descripto, se ha transformado en un especialista motorizado y mucho más eficaz, incluso es asesorado por un Agrónomo en el cultivo y mejoramiento del rendimiento de la tierra, para poner en práctica los aspectos de gestión, planificar el territorio y proteger el medio ambiente.
Llegado el momento en el que la la uva ha llegado a su punto máximo de contenido de azúcar, se produce la tan esperada vendimia, a cargo de los recolectores. Existen dos métodos de vendimia: manual y mecánica. En el caso de la primera, al ser más selectiva, se suele vincular con los vinos de calidad.
Una vez hecha la vendimia, podemos describir entre las profesiones del mundo del vino a la de los toneleros, que son los encargados de la fabricación artesanal de recipientes de madera de forma abombada, ensamblados con aros metálicos y con extremos planos. No solo hablamos de toneles, los toneleros también confeccionan barriles, barricas, cubos, cubas, tinas, mantequeras, tubos, y demás recipientes parecidos.
En lo que respecta a la vinificación, esta ha llegado a constituir labor propia de Enólogos, esos sabios que inclinados sobre sus probetas, sus microscopios y sus aparatos de todo género, traducen en fórmulas los misterios del vino. Estos profesionales del mundo del vino cuentan con las cualificaciones suficientes para ser responsables de todo cuanto acontece con la uva y la bodega, desde las actuaciones en el viñedo, los procesos de vinificación, hasta la creación de los vinos que identifican el espíritu de la bodega.
Desde un punto de vista distinto al del enólogo, la función del Sommelier es la de analizar los vinos desde la perspectiva del consumidor, de una manera objetiva, sin ninguna atadura al productor. El sumiller es un profesional capaz de hacer un análisis organoléptico de bebidas con el fin de evaluar el tipo, calidad, características y potencial para la conservación. Abocado a un restaurante, se ocupa de la selección concienzuda de vinos de acuerdo al tipo y estructura de los platos elaborados en el mismo, así como de la gestión de la cava.