Recorrer Punta del Este y sus alrededores es encontrarse con una persistente oferta de servicios y actividades para disfrutar de unas vacaciones cosmopolitas, a orillas del Océano Atlántico. Pero también hay lujos naturales imperdibles en la península esteña; propuestas que listamos, para los amantes de la vida sin tanta agitación.
Trekking en el Parque Arboretum
Es verdad que la playa es siempre la principal razón de un destino costero, pero hay magia también en los bosques y el Arboretum Lussich, una de las reservas forestales más grandes, en términos de variedad de especies del mundo, es un lugar imperdible en Punta del Este para experimentar la aventura del trekking. Ubicado al pie de la Sierra de la Ballena, el parque ofrece la posibilidad de practicar senderismo atravesando sus 190 hectáreas de extensión con 400 especies de árboles – se puede consultar sobre los mismos en un folleto que entregan al ingresar-, avistar pájaros y disfrutar del silencio total. El perfume de eucaliptos invade a los visitantes y los miradores hacen posible obtener las mejores postales del balneario. Cuenta con un museo pequeño, donde explican el origen del Arboretum, y narra la historia de los Lussich. También hay un museo con una colección de cerámicos utilizados en las primeras edificaciones de Uruguay. Es actividad muy recomendable como alternativa a la playa y es de entrada gratuita. ¡No olviden llevar buen calzado!
Vivir una Experiencia Garzón
Ubicado a 30 minutos del faro del balneario José Ignacio y a menos de 100km de Punta del Este, Pueblo Garzón es el refugio para los bon vivant que disfrutan la vida entre viñedos, olivares, canteras de granito gris y huertas orgánicas. Este paraje reúne los elementos claves del nuevo concepto de lujo que cultivan los viajeros sibaritas. A pocos kilómetros sobre la quebrada de Colinas de Garzón se encuentra la Planta Boutique y el recientemente inaugurado restaurante que recibe, con vistas espectaculares, a los turistas que se acercan a vivenciar las distintas propuestas enoturísticas que se ofrecen en Bodega Garzón.
El enoturismo es otro de los imperdibles en Punta del Este y nada mejor que culminar la visita con un paseo en globo aerostático.
Disfrutar de un atardecer en Casapueblo
Desde la parada 3 de La Mansa hasta la famosa playa Los Dedos, en la parada 1 de La Brava en Punta del Este, todo el perímetro está ocupado por una vereda bicolor que resulta un paseo perfecto para mirar el mar y escuchar las olas, salir en bici, correr o contemplar el amanecer con unos mates amargos como única compañía.
Pero cuando se trata del atardecer, Punta Ballena es el mirador por antonomasia en Uruguay. Contemplar la caída del sol desde los miradores de Casapueblo es una de las cosas para hacer (al menos una vez) en Punta del Este.
El artista, Carlos Páez Vilaró, erigió su residencia a fines de la década de 1950 basándose en el arte de construcción de los horneros, aunque los especialistas de la arquitectura la comparan con las casas mediterráneas de Santorini, Grecia. La escultura habitable Incluye un museo, una galería de arte, un hotel y un restaurante. Le llevó al artista 36 años darle la forma actual.
Desde 1994, al momento del atardecer, se realiza también allí la Ceremonia del Sol, un rito recordado por todos los visitantes que pasan por Casapueblo, y que consiste en una suerte de misa en la que se escucha el recitado de un poema dedicado al sol, a través de un altoparlante a cargo del mismo Páez Vilaró.
Para los que les agrada una experiencia sencilla, relajada y natural o para quienes buscan disfrutar de esta faceta poco habitual de Punta del Este, les recomendamos las opciones que mencionamos para vivenciar un verano diferente.
