El vino es considerado en Grecia desde siempre, un regalo de los dioses y desde la antigüedad forma parte importante de la vida cotidiana del país. Según la mitología griega, Dionisio, el dios del vino y de la fiesta, les reveló los secretos de la vitivinicultura y del arte de la cata de vinos.
Se cree que el vino se introdujo en Grecia entre el 4000 y el 3500 AC y encontró en este país la combinación perfecta de clima moderado y tierra fértil para su desarrollo. La civilización griega fue la encargada de extender el cultivo de la vid por todo el Mediterráneo, llegando incluso hasta la península Ibérica con ayuda de los fenicios. Los vinos griegos eran vinos muy densos, sólo se bebía puro en celebraciones religiosas y se extendió la costumbre de mezclarlo con agua. Hicieron de la vinificación todo un arte y la reputación de sus vinos era la más alta y tenían gran demanda. La presentación de las cosechas en vasijas con la decoración artística procedía principalmente de Rodas, Creta, y Ática.
La dominación por siglos de los turcos otomanos hizo que la producción declinara hasta convertirla en un producto de consumo local. Tras lograr la independencia, Grecia volvió a ser una nación soberana y moderna pero debilitada por problemas económicos. La vitivinicultura volvió a tomar impulso y en los últimos años se está trabajando para aumentar la calidad de los vinos griegos para el consumo internacional. En Grecia predominan los vinos blancos (60%), frente a los tintos (40%), siendo el más famoso el Retsina (vino resinado), vino aromatizado exclusivo del país.
El desarrollo del enoturismo es fundamental para dar a conocer las virtudes de los productos a los millones de turistas que visitan Grecia. Propone visitar las distintas Rutas del Vino combinado con paseos por pueblos tradicionales, degustación de la gastronomía local y descubrir los múltiples tesoros culturales y sitios arqueológicos.
La tercera parte del vino de Grecia se produce en Ática. Sus Rutas del Vino son las más visitadas debido a la cercanía de Atenas, capital del país y de la región y las variedades autóctonas Savatiano y Roditis son las más importantes. También es cuna de la alfarería ática, famosa desde la antigüedad por la producción de los recipientes en los que se exportaba el vino.
Las Rutas del Vino del Peloponeso se encuentran entre las más importantes de Grecia, especialmente en la ciudad de Nemea y alrededores, donde de acuerdo con las excavaciones arqueológicas, se produjo por primera vez vino. Se destaca la cepa tinta Aghiorgitiko como la más producida de la región.
La Rutas del Vino del Norte de Grecia recorren del Epiro a Tracia y desde el Monte Olimpo a Tesalónica. La variedad principal cultivada en esta zona es la tinta Xinomavro y a lo largo de estas rutas encontrará muchas zonas de importancia cultural asi como también gran cantidad de establecimientos gastronómicos.
De gran tradición vitivinícola, las islas del Egeo y Creta ofrecen paisajes de una belleza única y en los recorridos por sus bodegas se pueden probar sus grandes vinos, productos de la combinación climática y de suelo únicas en el país. Se produce principalmente el que es considerado el mejor vino blanco griego, un vino seco que utiliza la variedad Assyrtiko.
Todas estas propuestas interesantes sobre vinos, mitos y dioses por las Rutas del Vino de Grecia hacen que sea uno de los destinos enológicos más elegidos.
