El verbo maridar, fue acuñado en España para describir metafóricamente el casamiento entre un plato de comida y el vino que elegimos para acompañarlo.
Como regla única el vino no ha de imponerse sobre el plato ni el plato ser de más enérgico sabor que el vino. La idea es encontrar el equilibrio.
Entre los mejores vinos del mundo, el Tannat, por su carácter fuerte, es una variedad que llena la boca de cuerpo. Es de un final en boca prolongado. En nariz se pueden descubrir infinidad de aromas, desde madera, tabaco o chocolate, hasta cuero y frutas en pasas.
Estas potentes características pueden equilibrarse con quesos muy curados de cabra y oveja, quesos azules no muy maduros, ahumados o fermentados fuertes.
Incluso, el Tannat puede acompañar platos de pasta con salsas fuertes, como el ragú (salsa insigne de la comida italiana) o unos spaghetti arrabbiata.
También éste vino equilibra sin inconvenientes los denominados “platos de cuchara”. Es un placer único del invierno sentir el calor de un clásico puchero con carne vacuna, chorizo bombón, pollo, papa, morcilla, zapallo, repollo, puerro y cebolla, aderezado con mostaza o un goulash. Los húngaros idearon un plato con abundancia en calorías compuesto por carne, cebolla, pimentón y páprika, todo organizado en un estofado de alto impacto.
Tannat, la variedad emblema de Uruguay
Una buena manera de hallar el equilibrio es mediante el conocimiento del terruño donde se produce la cepa y los platos originarios. Uruguay, es un país llano y verde, con abundantes lluvias, propicio para la cría de animales, de carne blanda, suave y poco fibrosa.
El “asado del domingo” es la escena que de modo folklórico se repite semana tras semana en estas latitudes. La comida y el vino son la excusa, en el fondo se trata de amigos que se juntan para saborear tanto cortes bovinos como ovinos asados, acompañados de chorizos, morcillas, mollejas, y chinchulín. El punto de la carne ha de ser muy jugoso para apreciar sus valores, los aromas y los colores, sin olvidar su textura. En esa escena, al lado del asador, la botella de vino que reposa siempre es un Tannat.
El Tannat urugayo se distingue por sabores tostados y taninos dulces, mucho volumen y sobre todo una complejidad aromática muy intensa que se redondea con los gustos de la carne, estableciendo una combinación perfecta.
Fiesta del cordero y el Tannat
La idea del Festival del Cordero y el Tannat, que se celebra en el mes de Junio, es festejar de la mano de la Asociación de Turismo Enológico del Uruguay (ATEU), uno de los maridajes más autóctonos del Uruguay, con almuerzos variados y propuestas culturales.
El cordero representa una de las carnes que se consume en mayor medida en el interior del país. A su vez, Uruguay es el país con más hectáreas de Tannat plantadas en el mundo. Este vino tinto se expresa de una manera única con su alta presencia de taninos, los cuales le dan una mayor acidez al vino, que permite limpiar las grasas poliinsaturadas del cordero.
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