El universo sensorial del hombre es fundamentalmente visual. La vista, a diferencia del olfato o gusto, nos da impresiones ciertas y claras. Es un sentido instantáneo, dinámico y preciso. Indagaremos hoy en la fase visual de la cata de vinos.
Antes de beber un vino y de olerlo, es fundamental mirarlo. Esta fase inicial exige poco esfuerzo tanto para amateurs como profesionales del vino. Pero catar sin ver acentúa la dificultad para poder realizar un juicio objetivo. El aspecto de un vino nos aporta muchas informaciones sobre él, aparte de su color. En esta fase visual no podemos saber casi nada de la calidad y sabor del vino, pero si hacernos una primera idea sobre su edad, variedad y buen estado.
¿Cuáles son los atributos que se observan en la fase visual?
1.- Limpidez y brillo. Están mejor valorados los vinos limpios o sin partículas en suspensión y se dice que tienen buen brillo cuando generan luz propia. Es importante tener en cuenta que transparencia o limpidez y brillo no es lo mismo. Un buen vino no puede nunca aparecer turbio (con partículas en suspensión). Los vinos sin brillo suelen también ser vinos con baja acidez y en consecuencia algo insípidos. La mayor parte de vinos blancos y rosados suelen presentar brillo debido a un mayor grado de acidez.
2.- Fluidez. Según la variedad de cepa y el método de elaboración, un vino puede ser más o menos fluido. La fermentación en barrica produce vinos ricos en glicerol (tipo de alcohol) de textura más densa, denominada glicérica. La forma más práctica de comprobar esta característica es fijarse en el movimiento del vino cuando giramos la copa y en cómo se marcan las lágrimas o gotas en las paredes. Lo invitamos a realizar la prueba con nuestros Garzón Reserva Tannat.
3.- Burbujas. Si catamos vinos espumosos, el gas carbónico en forma de burbujas es imprescindible, y mejor cuanto más abundante y regular sea su desprendimiento formando líneas ascendentes rectas, con una corona o acumulación persistente en el borde de la nos refiere a una elaboración y crianza adecuada. En vinos no espumosos, la presencia de burbujas es casi siempre mal síntoma, señal de crianzas incontroladas. De todas formas hay excepciones, en algunos vinos jóvenes blancos y rosados, se busca dejar un resto de carbónico (aguja) que sirve para reforzar su frescura.
4.-Color. La variedad de uva, sistema de elaboración, crianza y conservación en botella determinan el color de un vino, que es el parámetro más importante a observar, pues nos puede dar muchas pistas sobre la edad del vino, su estado, evolución o alteraciones. En esta instancia le invitamos a comprobar por usted mismo la diferencia entre una copa de Garzón Tannat 2011 y otra de 2014.
Hay un principio básico en cuanto al color de los vinos: “Con el tiempo el tinto se va aclarando, el blanco oscureciendo y el rosado estropeando”. Los responsables de estos cambios de color son los polifenoles que en el vino se clasifican principalmente en dos grupos: antocianos y taninos.
Un blanco joven es brillante de color amarillo pálido con irisaciones doradas y reflejos verdosos, debido a su acidez. Con el tiempo al envejecer, adoptan el color amarillo dorado intenso, amarillo oro e incluso con matices ámbares. Un vino blanco criado en barrica con mucho brillo y color dorado, puede ser joven y su color deber su tonalidad a su paso por madera.
Un rosado joven suele ser luminoso, brillante, de color rosado, intenso y vivo. Observemos el Pinot Noir Rosé de Bodega Garzón. Algunas variedades al madurar, en poco tiempo adquieren tonos color salmón, con matices hacia los anaranjados.
En cambio, un tinto joven es vivo, luminoso, brillante, de intenso granate o cereza, con borde (ribete) violáceo y fluido. Al envejecer va adoptando matices más cálidos, un color rubí con tonos naranjas y ribete o borde teja e incluso marrón.
La intensidad colorante de un vino no es un criterio de calidad, pero informa sobre la estructura del vino. En efecto, el color y cantidad de taninos, van generalmente a la par. Si el color es profundo y fuerte, es casi seguro que el vino tiene cuerpo y será rico en expresión tánica como sucede con Los Tannat Reserva de Bodega Garzón.
El color es una de las cualidades más fascinantes en los vinos. Ver, oler, gustar, cada una de las fases de las degustación de vinos tiene su atractivo, déjese atrapar por la fase visual de la cata de vinos y disfrute una copa de su vino preferido de Bodega Garzón.
