Cada vino puede disfrutarse más si se consume en la ocasión adecuada. Y cada ocasión puede deleitar más si va acompañada de un vino acorde. Hagamos un repaso de ocasiones y veamos un vino para cada ocasión.
Imaginemos una tarde de verano, una terraza con vista al atardecer y una cita en pareja. El aperitivo está servido, tabla de fiambres, aceitunas, pan tostado con ajo. ¿Y qué mejor que acompañar esta postal con un Pinot Noir, fresco, liviano, que prepare el paladar para luego disfrutar de una cena romántica?
Sucede muy a menudo que el derrotero de nuestras actividades no da espacio para el placebo que significa una reunión de amigos, una situación descontracturada, desestresada, una de esas circunstancias que nos regocijan como a un niño que sonríe con el remanente de un sueño. Quizás una picada de mar acompañada de una buena etiqueta de Albariño sea una gran idea para las risas del reencuentro.
Volvamos a los negocios, pensemos en una reunión formal en uno de los mejores restaurantes de la zona donde construimos ideas posibles sobre el devenir de nuestra empresa. Nos acompaña una comida consistente en concordancia con un vino de calidad para festejar algún trato o estrechar lazos empresariales. ¿Por qué no pensar en carnes rojas con ensalada y un vino tinto con mucho cuerpo? Un tannat por supuesto.
¿Cuántas veces se sientan a compartir la mesa familiar? Por falta de tiempo u ocupaciones, la posibilidad de reunirse para comer generalmente se ve relegada a los fines de semana. Por ello, la mesa del domingo en familia, si seguimos las costumbres italianas, amerita unas pastas caseras con salsa de tomate, acompañadas de un vino rosado. Luego, en la sobremesa, cuando las viejas anécdotas invitan a recordar personas y circunstancias perdidas en el tiempo, un vino blanco meloso o un vino de licor como un Oporto van de acuerdo con el postre de mousse de chocolate, que endulza materialmente el momento.
Hay ocasiones que merecen descorchar un vino reserva, como el festejo por la obtención de un título, un aniversario o la celebración de una gran noticia. Es hora de tomar ese vino que se guardó durante tanto tiempo. Debe tenerse el cuidado de no agitar la botella si el vino lleva almacenado más de tres años. Conviene dejarlo airear al menos una hora luego de abierto, antes de beberlo. Si presenta cristales sólidos, habrá que decantarlo.
En un vernissage de pintura organizado por el artista para reunir a sus amigos, patrocinadores y mecenas, el arte, los bocaditos y canapés de sabor delicado deben encontrar su fusión, por supuesto, con la clásica copa de vino. Para ese protagónico, un Pinot Grigio puede ser una excelente opción, incluso para esos inapetentes que solo se rinden ante un sorbo de buen vino.
No se trata solo de un vino para cada ocasión, sino de inventar ocasiones para poder degustar un buen vino.
“No olvides que la vida son momentos y éstos le dan sentido a la vida”. Anónimo
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