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Punta del Diablo, la que fuera una antigua villa de pescadores en la costa uruguaya, se está convirtiendo en un destino turístico cada vez más importante, y es actualmente uno de los balnearios más visitados. En el periodo estival unos 30 mil uruguayos y argentinos aprecian la belleza de su costa y su estilo de vida apacible. Las playas cuentan con una belleza inmaculada y en los alrededores hay muchas actividades para disfrutar, desde el senderismo en el Parque Nacional Santa Teresa, hasta deportes como el surf en sus costas oceánicas. Un paseo por Punta del Diablo es ideal para jóvenes mochileros que buscan lugares de ensueño sobre la costa.
Yendo desde Montevideo por la Ruta 9, a la altura del km 298, vamos a percibir la primera señal de un destino realmente natural, deberemos emprender un viaje de unos 4 km por un camino de tierra en muy buen estado para comenzar un paseo por Punta del Diablo. El pueblo, extraordinariamente pintoresco, que consta de una plaza central a unas dos cuadras de la costa oceánica y cuyo trazado es de calles de tierra en todas las direcciones, atrae a multitudes de amantes de lo natural.
Inicialmente, Punta del Diablo era un pueblo de pescadores que construyeron de manera austera sus casas sobre la playa, a la derecha de la formación rocosa que da a la calle principal. La infraestructura hotelera es casi nula en el balneario, lo que mantiene su entorno natural. La mayoría de los veraneantes alquilan alguna cabaña particular en el pueblo. Incluso posee una famosa y amplia zona de camping, testigo fiel de interminables charlas y canciones alrededor de fogones bajo la luz de la luna y las estrellas en las noches de verano.
Durante el día, los turistas amantes del relax bajan por la calle principal con destino a la “Playa de los barcos”, donde se bañarán en la misma playa en que los pescadores artesanales amarran sus pequeñas embarcaciones una vez terminada su jornada de trabajo. De hecho, es muy recomendable tomarse un rato para observar cuando algún pescador llega a la playa desde el mar, apreciar como es la vuelta a casa: primero bajan la vistosa carga de pescado y camarones ordenados en sus cajas, y luego remolcan el barco a la arena para amarrarlo en la playa hasta la próxima jornada.
Cuando termina la temporada estiva, el tipo de visitante que continua disfrutando de este paraíso los 365 días del año es el interesado en practicar surf, ya que cuentan con dos excelentes opciones: la Playa de la Viuda, para los surfistas más expertos, es la más popular porque tiene las olas más fuertes, bastante tubulares (también muy popular entre la gente joven en general), y la Playa del Rivero, también conocida como Playa Grande, apta para todos los niveles de surfistas.
El paseo por Punta del Diablo no es completo si uno no se aventura hacia las afueras para visitar la zona del Parque Santa Teresa, donde la naturaleza y la historia confluyen y conjugan una infinidad de caminos y senderos para recorrer. La enorme variedad de árboles y arbustos despiertan la curiosidad de todo explorador, animando excursiones y caminatas que muchas veces terminan en invernáculos y sombráculos. También la historia se hace un lugar en “La Capatacía”, el museo y la Fortaleza de Santa Teresa.
