¡Parece que fue hace un montón! Es la exclamación recurrente en estos días para finalizar cualquier relato con un dejo de nostalgia sobre el pasado periodo estivo. Pero también esta frase marca la antesala a una nueva pausa llamada Semana de Turismo, Semana Criolla o para los católicos Semana Santa. Aprovechando los feriados por las pascuas, entre los destinos predilectos aparecen las termas de los departamentos de Salto y Paysandú, donde las aguas termales permiten revivir las actividades acuáticas que se asocian con esas «lejanas» vacaciones de verano.
Otro destino concurrido son las Sierras de Minas en el departamento de Lavalleja, a tan solo una hora y media de ruta desde Montevideo. Allí las atracciones más destacadas son los paisajes que proponen el Ventorrillo de la Buena Vista y el Salto del Penitente. Otras posibilidades se encuentran hacia el noreste de la capital uruguaya costeando el atlántico donde el mar y las colinas dibujan paisajes fantásticos como el de Colinas de Garzón.
Para quienes se quedan en Montevideo, la cita obligada es en la Rural del Prado o en el Parque Roosvelt, desde 1925 epicentros de la Semana Criolla. Entre las actividades organizadas por la Intendencia Municipal de Montevideo, se puede asistir a la doma de caballos, comúnmente llamada “jineteada”, y degustar productos típicos de la gastronomía gaucha. Para los menos interesados en las actividades gauchescas, el propio Parque del Prado será en esta época el marco ideal para una caminata romántica por su Rosaleda, aquella que fuera construida por el paisajista francés Carlos Racine a comienzos del siglo XX.
Un párrafo aparte merece la interpretación de los símbolos masónicos y alquímicos presentes en el Rosedal. La rosa es icono de perfección para dicha doctrina, y leit motif del lugar. El rombo del centro, según los expertos, alegoriza el renacimiento de la iniciación como la vuelta al útero materno a través del órgano sexual femenino. Pero lo más sorprendente es que este rombo está perfectamente alineado con puntos de interés construidos por otros masones en Uruguay: al norte con el obelisco erigido por Francisco Piria en la ciudad de Rivera, al este con el Castillo de Piria en Piriápolis, al sur con la Plaza Matriz de la Ciudad Vieja de Montevideo y al sureste con el Castillo Pittamiglio sobre la Rambla de la Playa Pocitos de Montevideo.
Quizás menos mística, pero no menos romántica, y para continuar con las posibilidades que ofrecen los parques de la ciudad en los días soleados de la Semana de Turismo, una excelente opción con sello bien uruguayo es ir a tomar mate a las canteras del Parque Rodó. Y si decidimos ampliar el plan a toda la familia, a pocos metros los niños darán rienda suelta a la diversión en los juegos mecánicos infantiles y los más grandes disfrutarán de una vuelta en el Rock’n Samba con vistas a la Playa Ramírez.
Se dice que el país realmente vuelve a funcionar “cuando vuelve el último ciclista”, haciendo referencia a La Vuelta Ciclista del Uruguay, la cual coincide con Semana Santa y que finaliza el domingo de Pascua. La llegada del último ciclista y el retorno de cada uruguayo a su casa, marca la largada definitiva del año laboral.