De enero a marzo totalizando más de 30 noches consecutivas de espectáculos, el carnaval de Montevideo es considerado patrimonio cultural de la humanidad por la UNESCO, como las carnestolendas más largas del mundo. El carnaval uruguayo es organizado por los Directores Asociados de Espectáculos Carnavalescos Populares del Uruguay e implica un gran concurso en el cual existen cinco categorías: Murgas, Parodistas, Humoristas, Revistas y Sociedades de Negros y Lubolos (también llamadas Comparsas), de las cuales las más tradicionales son la primera y la última. Tamaño despliegue año a año escribe la historia que se exhibe en el Museo del Carnaval, un imprescindible de Montevideo.
El museo se organiza según las dos grandes vertientes de las que deriva el carnaval uruguayo, la de origen europeo y la de origen africano. En el caso de la primera, ocupa un lugar preponderante por su popularidad la categoría Murga derivada del sur de España, específicamente de Cádiz. En estas latitudes se expresa como un grupo que canta a capella en general tomando los eventos más relevantes del año y soslayando una crítica política, siempre enmarcada por el humor. Pueden observarse en el museo algunos de los coloridos trajes y fotos de los sorprendentes maquillajes de los conjuntos, sumados a vídeos con presentaciones destacadas, como por ejemplo de la internacionalmente reconocida “Araca la Cana”.
El carnaval de origen africano es la Comparsa o Sociedad de Negros y Lubolos, grupos que tocan y bailan candombe. El candombe se originó en Montevideo en la época colonial, cuando los esclavos se juntaban en la costa a hacer sus rituales con tambores. Para tocar candombe se utilizan tres tipos de tambores, chico, repique y piano, los cuales pueden observarse en el museo y descubrir como las diferencias en forma y tamaño dan la impronta a cada sonido.
Antiguamente los esclavos se vestían con la ropa de sus amos y bailaban al son de los tambores haciéndoles burla. De allí derivan algunos de los personajes de la comparsa como la “mama vieja”, que sería como el ama de llaves en la casa de sus amos y lleva siempre una sombrilla y un abanico, el “gramillero”, que viene a representar al médico de la tribu, quien carga un maletín con hierbas medicinales y lleva siempre un bastón para mantener el equilibrio, el “escobero” quien hace proezas con una escoba utilizando manos, pies y cabeza para sostenerla.
En sus inicios estos grupos eran solo de descendientes de africanos y se correspondían con tribus del Africa, más adelante se permitió el acceso a blancos, siempre y cuando estuvieran pintados de negro, a esta figura se le llama “lubolo”. En el museo pueden verse trajes y accesorios correspondientes a los personajes descriptos, que han sido utilizados por distintas comparsas a lo largo del tiempo. Originalmente existía la figura del rey y la reina, que hoy se han visto sustituidas por la figura de la vedette y su partenaire.
Una visita al museo no solo implica recorrer una linea de tiempo en la evolución del pintoresco carnaval uruguayo, sino también, durante la época de carnaval, en el mismo, existe un “tablado” donde los grupos de las diferentes categorías hacen presentaciones cada noche.