Una reunión con amigos o compartir un atardecer en pareja son dos ocasiones ideales para pensar en cuál debería ser el vino correcto. Es una decisión fácil para los conocedores de la bebida, pero para los no tan entendidos puede resultar una empresa complicada. En el universo que representan los vinos del mundo, nos encontramos con una cantidad de información que nos abre horizontes de conocimiento insospechados, que profundizan sobre temas, cuya especificidad deja sin respuesta a todo aquel que busca obtener simplemente una orientación en la compra, conservación y servicio del vino.
A la hora de comprar la etiqueta que mejor se adapte a nuestra necesidad en las góndolas de supermercado, por lo general, vamos a encontrar un vasto catálogo de representantes por cada uno de los vinos del mundo. Esta gran diversidad va a poner a nuestro alcance centenares de vinos que ameritarían la utopía de que existiera personal cualificado para asesorarnos a partir del conocimiento de variables, como la región de procedencia, el tipo de viñedo, la calidad de la uva, las técnicas de elaboración y conservación de los mismos, etc. Como solución, es muy recomendable hacer la compra directa en la bodega donde la atención es personalizada y el personal conoce al detalle la génesis del vino.
La conservación de los «Vinos de Calidad Preferente» (VCP) se debe realizar en una cava cuya temperatura esté entre los 10 y los 17 °C, para que se logre una correcta evolución del vino hasta que llegue el momento de ser consumido. Es importante que las botellas de vino cuyo tapón es de corcho se conserven en posición horizontal, para evitar que se seque y vuelva quebradizo, impidiendo que el aire pase y estropee el vino. Los tapones sintéticos, que de hecho evitan este problema, nos permiten almacenar el vino incluso de manera vertical. La luz perjudica la conservación y evolución del vino, por lo cual deben estar en un ambiente oscuro.
¡Llegó ese momento especial! Es hora de llevar el vino a la mesa. Para abrir la botella se tomarán las siguientes precauciones: la cápsula metálica se cortará por el nivel inferior del anillo y el corcho se extraerá sin atravesarlo totalmente. Un vino añejado merece haber sido puesto previamente en un sexto portador de vino, conservando la posición horizontal en el que se conservó en la bodega, para que sea agitado lo menos posible y de este modo dejar los sedimentos inmóviles.
La mayoría de los vinos pueden ser servidos directamente de la botella, pero algunos se comportan mejor si son transferidos a un decanter. La decantación libra al vino de eventuales trocitos de corcho o de sedimentos resultantes de la precipitación de sus pigmentos. Por otra parte, el vino se oxigena y libera aromas concentrados. Los vinos maduros procedentes de añadas antiguas no precisan de una decantación, solo es recomendable descorcharlos una o dos horas antes de su consumo, con el único fin de liberarlos de posibles aromas indeseables generados por los compuestos. Los vinos jóvenes ricos en taninos requieren una mayor oxigenación, utilizando un decantador vamos a ganar melosidad, perder aspereza y en consecuencia van a ser más agradables al paladar.
Esperamos que estas líneas respondan a esos interrogantes que aparecen frente al entusiasmo de ser reconocidos como grandes anfitriones ¡Salud!