El resveratrol es una sustancia natural, presente en las uvas, a la que se atribuye buena parte de los efectos beneficiosos del consumo moderado de vino en la salud. ¿De qué se trata? Se lo contamos brevemente.
Los comienzos de la investigación científica sobre los potenciales efectos beneficiosos para la salud del consumo moderado de vino se incrementó con los informes sobre la denominada paradoja francesa: altos niveles de factores de riesgo (como una dieta muy alta en grasas y derivados lácteos) entre los franceses, pero tasas muy bajas de enfermedades coronarias. Miles de publicaciones desde entonces han confirmado que el consumo moderado de bebidas alcohólicas, en especial vino, está asociado con un riesgo menor de padecer muchas de las enfermedades propias de la edad.
Esta información llevó a una serie de científicos y expertos a intentar explicar, de inmediato, esos bajos índices de enfermedades coronarias registrados entre los franceses por factores distintos de la ingesta de vino, mientras otros tantos centran sus trabajos en el resveratrol.
¿Qué es el resveratrol? Es un polifenol que se encuentra en las uvas y en productos derivados como vino o mosto, y en otros alimentos como en el membrillo, en los frutos secos y en la vainilla. Es producido por la planta para protegerse de ciertas plagas.
Las sustancia fenólicas son, entre todas las combinaciones aromáticas, las más abundantes en la naturaleza. El tanino es una subdivisión de estos elementos químicos y se encuentra en plantas, semillas, cortezas, madera, hojas y pieles de fruta. Como una de las características del vino, añade tanto amargor como astringencia. Junto a los antocianos, son los responsables de otorgarle estructura, color y aportarle longevidad, así como complejidad al sabor.
La dosis de resveratrol en los vinos es variable y depende de numerosos factores como pueden ser la variedad de uva, el clima, el estilo de vino, el tiempo de contacto del mosto con la piel de la uva, etcétera. Incluso dentro del mismo año y mismo viñedos pueden variar las concentraciones de resveratrol de la misma cepa. En general, la concentración de esta sustancia en vinos tintos es mayor que en los blancos.
El resveratrol es el antioxidante más fuerte y nos defiende de los radicales libres, lo que da como resultado que tengamos un envejecimiento retardado o más lento.
Lo que hace esta sustancia es dar elasticidad en las arterias para que la sangre fluya con más facilidad y las células reciban más aportación de oxígeno, lo que se traduce en un mejor funcionamiento celular y que, como consecuencia, tenga notables efectos antienvejecimiento.
Se han demostrado principalmente acciones antioxidantes, pero también acciones antiinflamatorias, antiagregante plaquetario, antitrombótico e incluso hipolipemiante. Varios estudios recientes han encontrado que el resveratrol mitiga el daño miocárdico por isquemia, la aterosclerosis, mientras que reduce las arritmias ventriculares.
La mayoría de los médicos cardiólogos aconsejan beber una o dos copas de vino tinto al día, una dieta saludable, ejercicio corporal y una mente ágil y flexible, como la forma óptima de alargar la vida con salud y placer.