A medida que el vino fue ganando adeptos, la industria y el diseño fijaron su atención en los accesorios que no pueden faltar en la casa de alguien que quiera disfrutar del vino. Descubre que accesorios son imprescindibles para sumergirse en la cultura del vino. Te presentamos los 6 accesorios esenciales para el vino.
A partir del siglo XVIII, con la proliferación del corcho para cerrar las botellas de vino, se convirtió en indispensable la utilización del sacacorchos o descorchador. En principio tenía simplemente forma de “T”, y un siglo más tarde, Edward Thompson añadió al diseño un «sombrero» metálico que envuelve la oca facilitando retirar el corcho. Hoy, el utensilio ha evolucionado en distintas tipologías: de palanca, plegables o de camarero, de alas, de pared e incluso eléctricos.
Entre ellos, según la opinión de los expertos, el más dúctil es el sacacorchos plegable de dos tiempos, que además, cuenta con una pequeña navaja para cortar la cápsula del vino.
Una vez destapada la botella, es momento de pensar en el siguiente objeto indispensable, la copa. La misma debe ser transparente para poder determinar, en la fase visual de la cata, lo que el vino comunica a través de su presentación cromática. En cuanto a las medidas, las copas se pueden dividir en cuatro grupos.
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- Las copas para vinos tintos que son las de mayor tamaño tanto en la altura del cuenco como en el radio, estrechando en el borde los aromas del vino que apreciaremos mediante el olfato.
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- Las copas para los blancos son un poco más pequeñas en función de que la reducida cantidad de vino servida, se pueda beber rápido y no gane temperatura. El mismo criterio se aplica para las copas aún más pequeñas, utilizadas para los vinos licorosos.
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En cuanto a las copas para espumante, seguramente las copas aflautadas sean la única opción si se quiere conservar la efervescencia y disfrutar del espectáculo visual que brindan los rosarios de burbujas.
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Accesorios en segundo plano
Una vez en la mesa, tanto a los blancos como a los rosados y espumantes, es conveniente mantenerlos frescos en un hielera que puede ser de acrílico o metálica.
En cuestión de temperatura, los más exigentes utilizan el termómetro como herramienta de pericia. En el mercado existen los clásicos, que funcionan a base de mercurio, o los digitales. Ambos nos permiten determinar si el vino a consumir se encuentra dentro de los límites inferiores o superiores para cada tipología.
17 – 18ºC: Crianzas.
14 – 16ºC: Reservas y tintos jóvenes.
8 – 12ºC: Blancos y rosados.
6 – 8ºC: Espumantes.
El decantador o decanter es un recipiente en forma de botella con un amplio cuerpo en la parte inferior y estrecho en el cuello, que permite que los vinos de edad se oxigenen, desarrollando a pleno sus aromas, dejando el sedimento en la botella. Los decantadores pueden variar en volumen, forma y diseño. Son generalmente de vidrio y pueden contener alrededor de 750cc.
Otro accesorio es cortagotas o dropstop para botellas. Quizá el tipo más conocido sea aquél que tiene forma de anillo con un fieltro interior donde reposan las gotas que se deslizan por la botella cuando servimos, pero los auténticos cortagotas son simplemente las láminas de aluminio que se pliegan en forma de tubo y se insertan unos dos centímetros por el pico de la botella.
Sin duda los accesorios para beber vino son una arista apasionante, objeto de búsquedas creativas del alto diseño.
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