El candombe de Uruguay, al igual que un gran número de expresiones artísticas que emergieron en los tiempos coloniales, surge del anhelo por mantener viva la esencia de pueblos cuyo fatídico destino resolvió por ellos una nueva vida, en una tierra muy ajena entonces.
Los inicios del candombe en Uruguay
El candombe nace en el siglo XVI, cuando miles de personas procedentes de África pisaron suelo rioplatense para ser esclavizados ante una demanda de mano de obra en constante aumento. Estas personas provenían de decenas de pueblos, con diferentes costumbres e idiomas, y encontraron en el candombe una forma de unión, expresión y liberación. Así, el aporte de cada uno de estos pueblos, con sus diferentes cantos y danzas, quedó plasmado en el candombe uruguayo.
Con sus intensos y perfectamente sincronizados tambores, y una danza de pasitos cortos y movimientos contorneantes, hoy el candombe es una manifestación cultural que mantiene vivas las tradiciones del rico mosaico de pueblos que conforman la identidad uruguaya.
En sus orígenes, el ritual del candombe se celebraba en las fiestas, principalmente las religiosas. A pesar de las prohibiciones que sufrió durante el siglo XIX por ser considerado inmoral, el candombe logró sobrevivir en los suburbios de Montevideo, de la mano de la colectividad africana. Actualmente, los domingos y feriados se reaviva la magia y los tambores inundan de ritmo las calles montevideanas, con la «Llamada», invitación a todos los músicos a una gran fiesta popular. Así, alguna esquina del Barrio de Palermo encontrará los tambores rodeando una pequeña fogata, como si estuviesen entrando en calor para luego convidar con sus armónicos compases a los cientos de espectadores que se unen en esta enigmática y colorida celebración. Luego, los músicos que dan vida al candombe desfilarán por las calles de la capital uruguaya hasta llegar a un punto de encuentro, donde se ensamblarán las bandas y el repique se hará uno.
En el candombe de Uruguay existen dos estilos claramente definidos, conocidos como «Cuareim» y «Ansina». Sus nombres surgen de las calles de los barrios montevideanos Sur y Palermo, cuna de las más importantes comparsas de carnaval del país.
El ritual de la música de candombe se compone de tres tambores principales, de diferentes tamaños: Chico, Repique y Piano. Asimismo, la danza integra personajes típicos que animan esta expresión artística repleta de simbolismos. En la comparsa candombera, ocupan un lugar preponderante la Mama vieja, personaje central femenino; el Gramillero, viejo médico de la tribu y, por último, el Escobero, quien barre los malos espíritus y da inicio a la ceremonia.
El candombe, junto al mate, el asado y el vino son expresiones de la tierra que a través de los años se han ido enraizando en la herencia cultural uruguaya. En el mes de febrero, el «Desfile de llamadas» reúne a decenas de comparsas y percusionistas. Desde Bodega Garzón lo invitamos a disfrutar de este maravilloso espectáculo en el cálido verano uruguayo, con una copa de nuestro vino en mano.