En la Argentina, hoy en día es un excelente plan recorrer de norte a sur la ruta nacional N°40 para visitar algunas bodegas, que además de elaborar vinos, también producen aceites de oliva de alta calidad, principalmente en la provincias de Catamarca, La Rioja, San Juan, Mendoza y Córdoba posicionando al país, con 20 mil toneladas anuales como el primer productor del hemisferio sur. Además entre los aceites del mundo: el aceite de oliva argentino se destaca por la variedad autóctona que lo diferencia, la arauco, utilizada tanto para producir aceite como para destinarla a mesa.
La actividad olivícola argentina se inició en 1562 cuando Francisco de Aguirre plantó los primeros ejemplares que trajo del Perú en las tierras áridas de Cuyo que le recordaban a su España natal. Estos ejemplares junto a otros que fueron plantados siempre por la mano de los conquistadores, adaptándose perfectamente al nuevo mundo; una prueba perenne de esto se encuentra en Aimogasta, al noroeste de La Rioja, donde hay un olivo de la variedad “Arauco” considerado el padre de la olivicultura argentina, que con 430 años, todavía produce aceitunas. La “Arauco”, única en el mundo, de gran tamaño y exquisito sabor hoy, es sin dudas la carta de presentación de Argentina en el mundo.
En el país hay provincias como Catamarca, que apuestan fuerte a la olivicultura como un proyecto que aspira a posicionar a la provincia como la primera productora de aceitunas en el país. Las variedades más difundidas para conserva son, Arauco, Manzanilla Española y Manzanilla real. En tanto, para el aceite se destacan, la Arbequina, Manzanilla Chica, Frantoio, Picual y Empeltre. Ya mencionamos a la Rioja, entonces desde aquí, en un recorrido con orientación sur por la ruta nacional N°40, deberíamos comenzar a llenarnos la vista con los paisajes únicos que brindan los emprendimientos agrícolas enmarcados por los picos nevados de la Cordillera de los Andes para llegar a San Juan.
La tierra del Sol y las aguas cordilleranas, es uno de esos lugares a medida para el crecimiento del olivo. Como consecuencia, en la provincia de San Juan surgen los mejores aceites de oliva del país; excelsos, año a año van sumando reconocimiento en el plano internacional. Seguimos camino hasta Mendoza, la provincia con mayor producción de aceitunas en Argentina. Afamada por sus vinos, también se hizo espacio para el cultivo de las siguientes variedades de aceituna: manzanilla, Arauco, sevillana y aloreña; logrando todas los tipos de aceite.
Por último, con muchas ganas de completar el maravilloso recorrido que propone la ruta nacional N°40, nos desviamos por la ruta siete hacia al este, para encontrarnos con los valles de regadío en Córdoba, que junto a la zona serrana sur de Buenos Aires son consideradas marginales desde el punto de vista productivo para la actividad olivarera. Pero cobran importancia en el cultivo de olivos con certificación orgánica. El aceite orgánico argentino corresponde al tipo extra virgen de alta calidad y cuenta con reconocimiento de los principales países compradores. La producción se destina casi exclusivamente al comercio exterior.