Pensando en la selección de cinco rostros uruguayos de fama mundial, es inevitable no comenzar por José Gervasio Artigas (19.06.1764 – 23.09.1850) Nacido en Montevideo, fue nieto de uno de los primeros habitantes de la que hoy es capital uruguaya. En el año 1797 comienza su carrera militar en el cuerpo de «Blandengues». Luego participa activamente en contra de las invasiones inglesas, donde fue destacada su participación en lo que fue la reconquista de Buenos Aires y la defensa de Montevideo.
El flamante teniente coronel, nombrado por la Junta de Buenos Aires, vence en la Batalla de las Piedras a los españoles, y comanda en 1814 la constitución de la liga de los pueblos libres, dando la espalda a Buenos Aires. Fue traicionado por los Jefes de Santa Fe y Entre Ríos, quienes acordaron con Buenos Aires, ultimando la idea de los pueblos libres. En 1820, Montevideo es tomada por los portugueses, que vencen a Artigas en Tacuarembó. Vencido, se exilia a Paraguay donde muere a los 86 años.
Mario Benedetti (14.09.1920 – 17.05.2009) integró la denominada generación del 45, a la que pertenecieron también Idea Vilariño
y Juan Carlos Onetti, entre otros. Su obra hizo conocer las letras uruguayas en muchas partes del mundo. Su novela «La tregua» tuvo más de un centenar de ediciones, fue traducida a diecinueve idiomas y adaptada a todos los medios masivos de comunicación. Su producción literaria, sencilla, irónica, comprometida y apasionada, incluyó más de ochenta libros, algunos de los cuales fueron traducidos a más de veinte idiomas, abarcó los géneros narrativo, dramático y poético, incluyendo hasta famosas letras de canciones.
Carlos Páez Vilaró (01.11.1923 – 24.02.2014) fue sin duda uno de los artistas plásticos uruguayos más completos que haya conocido la historia del país. No solo fue pintor, escultor y ceramista, sino que diseñó y construyó su famosa casa-taller “Casapueblo” en Punta Ballena, concibiéndola como “escultura habitable”. Sus primeros lienzos reflejaron las comparsas, agrupaciones que tocan y bailan la típica música de candombe. Viajó por el mundo y conoció artistas de la talla de Picasso y Dalí. Admirador del sol, al cual le dedicó un poema, y de la figura de la mujer, plasmó su obra en los más diversos soportes, desde murales, vitrales y tambores, hasta barcos y cuerpos humanos.
Julio Sosa (02.02.1926 – 26.11.1964) sin lugar a dudas fue el último cantor de tango que convocó multitudes, apodado el varón de
l tango, de muy joven se presentaba ante todo concurso de cantores que llegaba a su conocimiento, así se inició profesionalmente en Uruguay como vocalista de algunas orquestas, con géneros musicales diversos. Pasaron un par de años para que decidiese trasladarse a Buenos Aires, donde se empezó a destacar dentro de las voces del tango porteño. En 1955 ya grababa y tenía definitivamente al éxito de su parte, el cual lo emplazó en el gusto popular. Al margen del tango y la poesía, Sosa tenía pasión por los automóviles y un gusto desmedido por la velocidad, que lamentablemente terminó con su vida de manera repentina.
Carlos Ott (16 de octubre de 1946) es un arquitecto uruguayo que a partir de la construcción de la Ópera de la Bastilla, París (1989), su primera obra rimbombante, no ha parado de generar reconocimientos, además de abrirle la puerta para que sus obras lo ubiquen a este eximio profesional, entre los primeros cinco arquitectos del mundo. Nada menos. Entre sus nueve estudios de arquitectura ubicados alrededor del mundo, sumó obras magnificas como por ejemplo: Edificio de la Terminal de pasajeros del Aeropuerto Internacional de Ushuaia Malvinas Argentinas (1995), National Bank de Dubai (1997), Aeropuerto Carlos Curbelo de Punta del Este (1997) y hasta ciudades enteras en el medio del desierto del Sahara.
